Lluvia y música

Y pasarte media hora buscando una imagen, no una imagen, la imagen adecuada. Algo que describa como te sientes. Y descubres que no sabes como te sientes. No estás bien, pero tampoco estás mal. Estás... nostálgica, y enamoradiza. Y llueve, una y otra vez. Miles de gotitas que mojan tu ventana, la calle, los árboles, los paraguas. A ti. Trocitos de agua que tienen el universo en su interior. Sí. Llueve. Y me gusta la lluvia, aunque preferiría una tormenta de verano, de esas que dejan caer rayos y truenos. De esas en que el calor te permite dar vueltas bajo la lluvia dejando que el agua limpie tu mente de malos pensamientos, que se lleve tus problemas e inquietudes. Sientes como el agua te limpia y vuelves a casa mojada, preparada para oír a alguien diciéndote cómo es que vienes tan mojada, pero estás feliz, extrañamente calmada.

Así que te ríes al entrar por la puerta, te quitas la gabardina empapada y la dejas en el descansillo para no mojar nada. Te haces una coleta para que parezca que no te has mojado aposta y saludas rápido. Efectivamente, tu madre exclama "pero, ¿por qué no has bajado paraguas?". Sonríes, que precedible es. No me gustan los paraguas, me agobian. Prefiero mojarme y pasar un buen rato que tener que llevar un paraguas y chocarte con el resto del mundo que lo lleva. Agobio me dan... Pero como decía. Avanzas sonriendo por el pasillo, en dirección al baño. Quizás lo que más te guste de mojarte es el baño de agua calentita que sabes que te espera. Abres el grifo, mientras la bañera se llena te quitas la ropa mojada, y lo dejas todo encima de la silla del baño. Tu cuerpo está helado, pero el calor del agua va empañando ya el cristal. La bañera casi rebosa, cierras el grifo y echas unas poquitas sales aromáticas. Nadie es capaz de quitarte la sonrisa que tienes en ese momento. O sí. Quizás sí. Te introduces poco a poco en la bañera humeante, notas demasiado calor en tus piernas, el cambio de temperatura te abrasa.

Al cabo de unos segundos ya estás metidita en la bañera y apoyas la cabeza en la toalla que has puesto al borde, estás un poco encogida, la bañera no es lo suficientemente grande. Pero a ti te gusta, es tu bañera. Cierras los ojos, en la sala, donde debe de estar tu padre se escucha Johann Sebastian Bach, te encanta ese nombre, suena sonoro. Reconoces la música que suena, inconfundibles, los conciertos de Brandeburgo, exactamente el tercero. Que bien suenan los violines.

El calor va invadiendo poco a poco tu cuerpo, estás relajada. Tus ojos se cierran con la dulce música, parece que está balanceándote. Nota tras nota.




Venga, yo pongo el segundo, aunque creo que Lánselor ya lo leyó^^

No lo habia leido, pero he de deicr que me ha gustado.

No obstante...me gustaban mas esos en los que pareciamo que ambos eramos parte de la misma historia. Aunque con los matices de cada uno.

No obstante supongo que es solo valor sentimental. Me resulta raro al leerlo, pero tiene partes que me encantan^^. Siente orgullosa de ser segunda! ^^

Lo hago^^

Ya recuperaré alguno de esos "a medias" y lo colgaré. Aunque si habláramos más... quizá nos daríamos cuenta... de que podemos seguirlo haciendo^^