CdlP
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CdlP
— No os preocupéis — Dijo Lissanym confiada — Hoy por la mañana le he
puesto una baliza mental. Mientras permanezca con vida y no se aleje
mas de 100 kilómetros de mi sabré donde está.
Los dos la miraron
extrañados. Y ella bajó la cabeza; parecía estarse concentrando. Al
poco señaló en una dirección y los tres caminaron a paso ligero en ella
hasta llegar a un extremo del bosque.
— No deberíamos continuar — dijo Dhaos — si Sikar no está en la ciudad será mejor que esperemos a que regrese.
Pero
antes de que nadie tuviera tiempo a contestar se empezaron a oír
innumerables pasos que se acercaban al poblado. Parecía que el asalto
iba a comenzar en breves y lo peor es que no sabían donde estaban los
drow.
Poco a poco vieron como un gran grupo de humanos armados entraban en la ciudad.
— Son los piratas de Howe — dijo Surah sin preocupación — No podían ser otros.
— ¿Los conoces?
—
En la época en la que servia al rey de Larak me enfrente muchas veces a
ellos. Lo único que quieren en oro así que será verdad lo que dijo
Dhaos. Pero no nos será difícil derrotarlos.
— De todas formas yo voy a buscar a los Drow — Dijo la hechicera.
Dicho esto El paladín saco su arco y disparo a uno de los desprevenidos asaltantes que callo inerte al suelo.
Todos
miraron al lugar de procedencia de la flecha; pero allí ya no había
nadie. En pocos segundos el cuerpo se levantó y después de arrancarse
la flecha del cuello ataco con violencia a sus compañeros que atónitos
no supieron reaccionar a tiempo y no consiguieron detenerlo hasta que
había terminado con siete de sus compañeros.
Surah aprovecho la
distracción que produjo el ataque del nigromante para volver a disparar
repetidas veces. Todas las flechas dieron en el blanco, sin embargo
solo un golpe fue letal. Dhaos revivió de la misma forma a la nueva
baja y comenzó también a atacarles desgraciadamente solo consiguió
terminar con dos de ellos.
Viendo la situación tanto al paladín como
al nigromante se les ocurrió la misma idea. Surah cargo su arco con
cinco flechas y las lanzó hacia el grupo de asaltantes sin preocuparle
mucho si los golpes eran buenos o no. Cuatro flechas impactaron.
Los
hombres de Howe visto lo anterior observaron con detenimiento a los
heridos y atacaron a los mas grabes pensando que las flechas tenían
alguna droga que les hacia volverse contra ellos.
Ninguno de los dos pudo reprimir una pequeña carcajada y fueron descubiertos.
— ¿Vamos?
— Vamos. — El paladín sacó sus espadas y se dejo ver.
Pero
antes de que nadie puédese actuar los elfos salieron de la nada y
comenzaron a luchar. Pero parecía que ni Sikar ni Lyn estaban con
ellos. Así que decidieron esconderse ya que no querían ser descubiertos
por los drow ya que seguramente les atacarían a ellos también.
* * *
Lyn
cruzó el bosque rápidamente hacia la dirección donde estaba Sikar.
Tardó poco en encontrarlo cerca de una pequeña casa escondida entre los
árboles; parecía estar hablando con alguien en la puerta, aunque no se
podía distinguir con quien ya que el interior de la casa estaba oscuro
y la puerta apenas estaba abierta. La hechicera decidió esperar a que
terminara de hablar para acercarse a él.
— Ya están atacando la ciudad.
— Ya lo sé — contestó sin darse la vuelta — Pero como ya sabéis su objetivo no es la ciudad verdad?
Lyn
ahogo una exclamación. Tenia razón, si lo que había dicho Dhaos era
cierto no tendría sentido atacar aquella ciudad ya que no era cercana
al templo.
— Tranquila, la ciudad está bien defendida. No te preocupes por eso, yo he venido hasta aquí para defender el templo.
— No lo entiendo — dijo la hechicera— según tengo entendido a vosotros os da igual lo que hay dentro de ese templo.
—
Yo te contestaré — Una voz femenina sino de la puerta de la casa cuando
esta se abría — Saludos humana mi nombre es Essbertz soy la madre de
Sikar:
Lissanym la miró rápidamente pero se sorprendió al verla; su
piel no era áspera grisácea como la de los drow, si no que era de un
tono rosado y sus ojos eran mas afilados. Realmente no parecía su madre:
— Es normal que te sorprendas — Dijo — Lyn verdad? Mi hijo me habló de ti.
Lyn miró al drow pero este les había dado la espalda.
—
Te podrá parecer extraño pero yo soy una Elfa silvana y la última
sacerdotisa viva del templo de Zakhariy. Por eso lo del templo.
— Está bien Sikar nosotros te ayudaremos.
—
No hay tiempo de ir a buscarlos — contestó sin brusquedad — Puedes
quedarte tú si quieres ellos se divertirán donde están; solo espero que
no los pillen.
Dicho esto El drow comenzó a caminar entre la maleza
y al poco se encontraron con una pequeña puerta de madera en una roca y
entraron. Como había dicho Dhaos aquello estaba lleno de tesoros. En el
centro del altar había un diamante del tamaño de una cabeza que
repartía la poca luz que entraba sobre todos los rincones de la
estancia. Había enormes cofres llenos de piedras preciosas y una
armadura de oro.
— No tardarán en llegar
No sé porqué pero me apeteció ponerlo... es un fragemento tirando para el final 0.o
puesto una baliza mental. Mientras permanezca con vida y no se aleje
mas de 100 kilómetros de mi sabré donde está.
Los dos la miraron
extrañados. Y ella bajó la cabeza; parecía estarse concentrando. Al
poco señaló en una dirección y los tres caminaron a paso ligero en ella
hasta llegar a un extremo del bosque.
— No deberíamos continuar — dijo Dhaos — si Sikar no está en la ciudad será mejor que esperemos a que regrese.
Pero
antes de que nadie tuviera tiempo a contestar se empezaron a oír
innumerables pasos que se acercaban al poblado. Parecía que el asalto
iba a comenzar en breves y lo peor es que no sabían donde estaban los
drow.
Poco a poco vieron como un gran grupo de humanos armados entraban en la ciudad.
— Son los piratas de Howe — dijo Surah sin preocupación — No podían ser otros.
— ¿Los conoces?
—
En la época en la que servia al rey de Larak me enfrente muchas veces a
ellos. Lo único que quieren en oro así que será verdad lo que dijo
Dhaos. Pero no nos será difícil derrotarlos.
— De todas formas yo voy a buscar a los Drow — Dijo la hechicera.
Dicho esto El paladín saco su arco y disparo a uno de los desprevenidos asaltantes que callo inerte al suelo.
Todos
miraron al lugar de procedencia de la flecha; pero allí ya no había
nadie. En pocos segundos el cuerpo se levantó y después de arrancarse
la flecha del cuello ataco con violencia a sus compañeros que atónitos
no supieron reaccionar a tiempo y no consiguieron detenerlo hasta que
había terminado con siete de sus compañeros.
Surah aprovecho la
distracción que produjo el ataque del nigromante para volver a disparar
repetidas veces. Todas las flechas dieron en el blanco, sin embargo
solo un golpe fue letal. Dhaos revivió de la misma forma a la nueva
baja y comenzó también a atacarles desgraciadamente solo consiguió
terminar con dos de ellos.
Viendo la situación tanto al paladín como
al nigromante se les ocurrió la misma idea. Surah cargo su arco con
cinco flechas y las lanzó hacia el grupo de asaltantes sin preocuparle
mucho si los golpes eran buenos o no. Cuatro flechas impactaron.
Los
hombres de Howe visto lo anterior observaron con detenimiento a los
heridos y atacaron a los mas grabes pensando que las flechas tenían
alguna droga que les hacia volverse contra ellos.
Ninguno de los dos pudo reprimir una pequeña carcajada y fueron descubiertos.
— ¿Vamos?
— Vamos. — El paladín sacó sus espadas y se dejo ver.
Pero
antes de que nadie puédese actuar los elfos salieron de la nada y
comenzaron a luchar. Pero parecía que ni Sikar ni Lyn estaban con
ellos. Así que decidieron esconderse ya que no querían ser descubiertos
por los drow ya que seguramente les atacarían a ellos también.
* * *
Lyn
cruzó el bosque rápidamente hacia la dirección donde estaba Sikar.
Tardó poco en encontrarlo cerca de una pequeña casa escondida entre los
árboles; parecía estar hablando con alguien en la puerta, aunque no se
podía distinguir con quien ya que el interior de la casa estaba oscuro
y la puerta apenas estaba abierta. La hechicera decidió esperar a que
terminara de hablar para acercarse a él.
— Ya están atacando la ciudad.
— Ya lo sé — contestó sin darse la vuelta — Pero como ya sabéis su objetivo no es la ciudad verdad?
Lyn
ahogo una exclamación. Tenia razón, si lo que había dicho Dhaos era
cierto no tendría sentido atacar aquella ciudad ya que no era cercana
al templo.
— Tranquila, la ciudad está bien defendida. No te preocupes por eso, yo he venido hasta aquí para defender el templo.
— No lo entiendo — dijo la hechicera— según tengo entendido a vosotros os da igual lo que hay dentro de ese templo.
—
Yo te contestaré — Una voz femenina sino de la puerta de la casa cuando
esta se abría — Saludos humana mi nombre es Essbertz soy la madre de
Sikar:
Lissanym la miró rápidamente pero se sorprendió al verla; su
piel no era áspera grisácea como la de los drow, si no que era de un
tono rosado y sus ojos eran mas afilados. Realmente no parecía su madre:
— Es normal que te sorprendas — Dijo — Lyn verdad? Mi hijo me habló de ti.
Lyn miró al drow pero este les había dado la espalda.
—
Te podrá parecer extraño pero yo soy una Elfa silvana y la última
sacerdotisa viva del templo de Zakhariy. Por eso lo del templo.
— Está bien Sikar nosotros te ayudaremos.
—
No hay tiempo de ir a buscarlos — contestó sin brusquedad — Puedes
quedarte tú si quieres ellos se divertirán donde están; solo espero que
no los pillen.
Dicho esto El drow comenzó a caminar entre la maleza
y al poco se encontraron con una pequeña puerta de madera en una roca y
entraron. Como había dicho Dhaos aquello estaba lleno de tesoros. En el
centro del altar había un diamante del tamaño de una cabeza que
repartía la poca luz que entraba sobre todos los rincones de la
estancia. Había enormes cofres llenos de piedras preciosas y una
armadura de oro.
— No tardarán en llegar
No sé porqué pero me apeteció ponerlo... es un fragemento tirando para el final 0.o
Surah- Guardián del foro
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